lunes, 13 de abril de 2020

CONSERVANDO ABEJAS NATIVAS CON LA FAMILIA ABRIL

A medida que se conoce la sabana inundable, sus características, los usos que los llaneros le dan y su relación con la biodiversidad, surgen algunas preguntas referentes a la historia de este territorio en lo productivo, social y cultural.

Oso Melero (Tamandua tetradactyla) caminando por
la sabana florecida. Foto: Lucía Córdoba

En este inmenso territorio salvaje y agresivo, los sistemas ganaderos que desde hace mucho tiempo se han consolidado como una de las principales actividades económicas, aprovechan la biodiversidad de forrajes naturales como la lambedora, la guaratara o el cutupen, entre otras forrajeras con flor que ofrece la sabana, ¿cómo es posible entonces, que estas plantas forrajeras se mantengan en las diferentes épocas del año, sin acarrear ningún coste de mantenimiento para el ganadero?



Las sabanas inundables presentan un gran valor ecosistémico relacionado con la presencia de especies vegetales de gran importancia para la regulación hídrica ¿Cómo se mantiene la composición florística de los bancos, los bajos y los esteros?


Chigüiro (Hydrochoerus hydrochaeris) descansando
en un estero florecido. Foto: Lucía Córdoba
En estas sabanas también habitan especies herbáceas y matorrales que aportan un alto contenido de oxígeno al planeta y una gran cantidad de nutrientes al suelo sabanero ¿El Guarataro, la pajita del niño Dios, la estrella, los lirios, la dormidera, la orquídea sabanera, la campanilla, el boro o el mastranto, se dan espontáneamente o están relacionados con algo, alguien o alguna práctica criolla que permita que se reproduzcan y se mantengan para dar a la sabana ese paisaje característico y su aporte de oxígeno?

Y cuando más adentro en el llano se ingresa y se conoce la historia de este territorio alejado, la historia de sus hatos, sus costumbres y sus habitantes, de esos llaneros criollos pata al suelo que tienen como característica en común su fortaleza y su longevidad; uno se pregunta ¿cómo lo hacen? ¿Será la carne de chigüiro o el consumo de chimó que les da esa fuerza para trabajar en la inmensidad de esas sabanas y soportar tantos años de vida con un trabajo tan duro, sin perder en lo más mínimo su vitalidad y su memoria?

Hato en la mitad de la sabana florecida. Flor amarillo (Handroanthus chrysanthus) Foto: Lucía Córdoba
Y cuando se enferman o sufren algún accidente, ¿con qué se curan?  Si el hospital o centro de salud más cercano puede quedar a 5 horas de camino; ¿cómo hacían años atrás cuando el petróleo no había llegado trayendo consigo las carreteras y la luz?, ¿cómo se obtenía luz en las noches sin luna?, ¿con qué implemento de limpieza se bañaban sus cuerpos? o ¿de dónde sacaban el dulce para fermentar ese guarapo que no falta en los hatos?

Fue así que empecé a indagar con esos criollos conocedores de su historia, de sus raíces, de sus costumbres y todas esas preguntas convergen en la misma respuesta … “son las chunchulitas doctora, las angelitas, las sapitas, las guare, las rabipintadas, la doncellita, la rumina” …me respondían sonrientes, todas ellas son abejas nativas sin aguijón o mansitas como las llaman habitualmente.

Alguna vez en uno de los Hatos que visité me llamó la atención unos troncos redondos que colgaban en los techos de las caballerizas, al preguntar qué significaban esos troncos me respondieron que eran los panales de sus abejas mansas y que esa era la miel que consumían.


Panal de abejas nativas sin aguijón (Melipona favosa)
Foto: Natalia Roa
Desde ese momento me interesé por la miel y su relación con el llano, cada vez que visitaba la casa de un hato revisaba sus establos o los techos de sus casas y siempre encontré uno o más de estos troncos y empecé a preguntar; así entendí que las abejas tienen una relación estrecha con el criollo de llano adentro, la sabana inundable y la historia de la cultura llanera.

La presencia de estas abejas cerca a sus potreros les presta el servicio de polinización y por ende el mantenimiento de sus pastizales, sus bancos, sus bajos, sus esteros y sus plantas de sabana que les dan sombra a sus animales. También los motiva a embellecer los jardines de sus casas con plantas con flor para mantener con alimento a esas abejas que producen la miel que consumen habitualmente, la miel con la que fermentan sus bebidas en especial el guarapo, la miel que los cura de todo mal.

En el llano por cada tipo de enfermedad ya sean trastornos respiratorios, problemas digestivos, circulatorios o inmunológicos la miel era y es utilizada como remedio; también es utilizada para manejar enfermedades de los ojos, los oídos, la piel, la boca y para calmar fiebres. La miel combinada con el cerumen se usa para crear cataplasmas para cerrar heridas abiertas o para crear remedios que alivian picaduras o mordeduras de artrópodos y vertebrados venenosos.

Familia Abril trabajando en un tronco panal. de Izq a Der Boincieth,
Héctor Abril (Padre), Damaris y Héctor Abril Hijo. Foto: natalia Roa
Para cada tipo de enfermedad hay al menos una receta que usa esta miel como componente principal, este producto lo consideran un restaurador natural. También usaban la cera de los panales para hacer jabones naturales y creaban velas para mantener luz en las noches oscuras.

Aunque actualmente ya hay más medios de comunicación y carreteras que les facilitan la consecución de implementos que pueden sustituir por los que antes usaban aprovechando sus panales, muchos de estos llaneros en sus hatos aún continúan criando las abejas y consumiendo su miel. Uno de los ejemplos más bonitos del uso de miel de abeja nativa es el caso de la familia Abril en la vereda Los Chochos, en el municipio de Trinidad - Casanare, Colombia.

Don Héctor Abril (Padre)
Foto: Lucía Córdoba
Conocí a don Héctor Abril (padre) en una visita domiciliaria de un Diagnóstico Rural Participativo que estaba realizando en esa vereda; el hato La Reforma se compone de 6 fundos, que pertenecen a cada uno de los hijos del señor Abril. Se encuentra justo en la franja territorial donde nace el caño Yatea, uno de los ríos sabaneros más importantes y con un valor inconmensurable para la cuenca del río Meta y su biodiversidad.

Lo primero que me llamó la atención del predio La Reforma de don Héctor Abril y su esposa, fueron los jardines. Toda la casa a su alrededor tenía vistosas plantas con flor que hacían de ese lugar un paraíso en la mitad de la sabana completamente inundada en ese momento; don Héctor como todos los demás me enseñó su sistema productivo ganadero e hizo énfasis en solo la ganadería, una vez finalizada la visita me invitó a un café cerrero de despedida que tomamos en la caballeriza, estando allí observé que en el techo no colgaba un solo tronco, colgaban más de 10 y le pregunté si el criaba abejas sin aguijón; desde ese momento la visita dio un giro inesperado, su rostro lleno de arrugas de sabiduría y experiencia se transformó en una gran sonrisa y me respondió … “crio abejas desde hace más de 50 años...tengo más panales en la parte de atrás de la casa”. Me invitó a verlos y empezó a relatarme con gran detalle sus vivencias con las abejas, tenía más de 100 panales en ese entonces, compartió conmigo las anécdotas más importantes de su vida con ellas, me contó lo que las molestaba, por qué se estresaban, cuándo y por qué  las abejas soldado no permitían el ingreso de otras abejas al panal, cada cuanto se presentaban peleas entre abejas de diferentes panales, qué flores les gustan más, como extrae y comparte la miel con sus aliadas las abejas, entre otras cosas más.
Héctor Abril (Padre) con sus panales.
Foto: Natalia Roa

Me contó todo de una manera tan descriptiva y con una increíble pasión que al escucharlo yo me sentía viendo una película; todo lo que me contaba era sorprendente; yo no tenía idea que la vida de las abejas fuera tan divertida y tan agitada; gracias a don Héctor me enamoré de las meliponas y entendí todas esas relaciones entre las abejas y los sistemas productivos, la conservación, la ganadería, el paisaje, la cultura, y la salud; entendí el avatar de la sabana inundable, como todo se relaciona entre si y hace de la sabana un lugar tan perfecto.

Familia Abril. De Izq a Der: Daniel Abril, la señora Estela
Fuentes y Damaris Abril. Foto: Natalia Roa.



Tal vez lo que más me impactó de todo lo que en 4 horas logró contarme, fue el cuidado y la responsabilidad que tiene para con las abejas al momento de extraer la miel. Me contó que tan solo en el verano se obtiene y que a diferencia de las abejas africanas (Apis Mellifera), las meliponas crean unos panales más resistentes y forman pequeñas cápsulas redondas que llenan de miel; para extraerla se debe abrir con delicadeza cada cápsula y con una pequeña jeringuilla sacar el producto, cada cápsula puede contener tan solo 2 o 5 mililitros, lo que hace que la extracción de miel requiera mucho tiempo y esfuerzo.


Aun teniendo en cuenta que la cantidad extraída es mínima, don Héctor y su familia tienen la conciencia de compartir la miel con las abejas, por lo que no extraen toda la miel de las cápsulas, sino que sacan solo la mitad para que las abejas también se beneficien y obtengan el alimento que necesitan para la época de invierno, de esta manera mantienen los panales funcionales por más tiempo, protegiendo a la colmena.

Don Héctor Abril (Hijo) y su esposa la señora Luz Ospina.
Foto: Lucía Córdoba
El cuidado de las abejas lo comparte con sus 5 hijos y su esposa desde hace muchos años, cada uno de ellos es muy diferente, pero con toda la actitud y compromiso con el cuidado de las meliponas. Don Héctor Abril (hijo), del fundo La Corocora, es tal vez con quien más contacto tengo ahora que estoy lejos y quien más compromiso tuvo con todos los eventos ambientales que yo ejecutaba en el municipio, hace parte del Sistema Municipal de Áreas Protegidas (SIMAP) de Trinidad y en todos los talleres de educación ambiental estuvo presente cantando y tocando el cuatro que les llevaba; Damaris Abril del fundo La Esmeralda es una reconocida política y servidora pública de Trinidad, sin mucho tiempo disponible por sus múltiples ocupaciones, siempre estuvo presente y apoyó con firmeza todos los proyectos y actividades. Don Boincieth Abril del fundo Los Arbolitos, es un ganadero por naturaleza y trabajador del campo, Danielito Abril hijo de Daniel Abril Fuentes, (quien lastimosamente fue una víctima de la violencia de este país),  es quien cuida las abejas del fundo de su padre llamado la Berraquera,  Nohora Abril del fundo Las Gaviotas es docente y una gran deportista y la señora Estela Fuentes, esposa del señor Abril y madre de estos 6 hijos, es una mujer protectora, tierna, encargada de los hermosos jardines de su casa, con un carácter lo suficientemente fuerte para mantener ese hogar tan hermoso que tuve la oportunidad y el honor de conocer.

Hoy todos ellos son los protagonistas de esta historia y por quienes decidí insistir en una idea de proyecto que permitiera a esta familia y a otras más, recibir apoyo para aumentar, mejorar y consolidar su proyecto de meliponicultura. Esto con el fin de impulsar el uso sostenible de la biodiversidad, la conservación de las sabanas inundables y el rescate del saber tradicional y cultural.

Mural en la Escuela "El Triunfo" en homenaje a las abejas nativas de la sabana. 
La flor es una Cayena.
Durante dos años trabajé y consolidé una idea lo suficientemente atractiva para ser escuchada, con el apoyo de Renzo Ávila de Cunaguaro LTDA conocí la vereda, tuve la oportunidad de trabajar allí y al finalizar llenamos de figuras de abejas las carretera que lleva del casco urbano de Trinidad a Los Chochos; con el sueño de que dicha vereda se convirtiera en la vereda dulce del municipio de Trinidad. También pintamos un gran mural sobre la importancia de las abejas en la escuela “El Triunfo” con la ayuda artística de Jonathan Ramos (Tatán), personalmente impulsé a muchos vecinos de "Los Chochos" a empezar a criar a las abejas,  hablé con ong`s, con petroleras, con gobiernos locales, empresas privadas y organizaciones internacionales, sin mayores resultados.

Hace un año le propuse la idea a la Asociación de Becarios de Casanare (ABC), la organización por la cual llegué al llano y con quienes sigo enlazada ya que soy parte de su grupo de aliados; gracias a ellas,¡ (a Beatriz Ramírez y Natalia Roa) que creyeron en mí y le dieron vida a esa idea, hoy contamos con el apoyo del Programa Riqueza Natural de USAID e iniciamos el camino para cumplir este sueño.

“La miel de la Biodiversidad” un sueño familiar, un sueño del que hacen parte no solo los Abril sino otros llaneros y criollos pata al suelo de quienes hablo en este blog, un sueño de conservación y de tradición, un sueño que veré desde “el otro lado del charco”, pero desde la distancia, seguiré siendo parte de él; sé que está en muy buenas manos y tendrá excelentes resultados.

Familia Abril y el equipo de trabajo del proyecto "La miel de la Biodiversidad"
Don Héctor y su familia con esta buena práctica productiva (muy seguramente sin ser conscientes de esto), vienen conservando la sabana inundable desde hace más de 50 años, mantienen viva una tradición cultural muy importante para el llanero que debe ser reconocida y debe perdurar a lo largo del tiempo; ellos realizan acciones para la protección de las abejas nativas que se encuentran actualmente amenazadas y son un ejemplo claro de conservación local altruista en una de los territorios más importantes de la Orinoquía colombiana, merecen todo nuestro reconocimiento, respeto y apoyo.

Gracias por permitirme conocer esa sabana inundable desde la maravillosa vida de las abejitas sin aguijón.


https://www.abccolombia.org/
https://www.facebook.com/ABCcolombia.org/

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, es gratificante y gracias por leerme!! fuerte abrazo

      Eliminar
  2. Excelente trabajo mi Dámaris un abrazo a toda la familia Abril

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si la familia Abril hace un gran trabajo. Gracias por leer la historia.

      Eliminar
  3. Me encanta la guata del pauto. Es un blog en evolución pensado desde el amor, el respeto, y sobre todo desde una franca conciencia de quién es y no es quien lo escribe.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por esas palabras, se escribe con mucho amor y gratitud. ;)

    ResponderEliminar